Tengo ganas de dejar al niño en casa de la iaia.
Si, de abrir el cajón y colocarme el tanga negro, a juego con el corsé.
De sacar las medias y sentir como la suave seda acaricia mi piel mientras recorre mis piernas hasta su cenit. De ceñirlas al liguero y sentir los elásticos tirantes… dos delante, dos detrás.
De elegir si botas o zapatos o tal vez sandalias…
De entrar al baño y delinear mis parpados, línea negra, negro rímel. De cambiar de lápiz y contornear mis labios en rojo sangre, rellenarlos de rojo putón.
Ganas de abrir la cómoda de las maravillas y recorrer con la vista todo el contenido de su interior.
De tomarme mi tiempo decidiendo si la fusta o la cané, si el floguer simple o el de gatita…
De recorrer el pasillo precedida por el sonido de los tacones.
De abrir la puerta y encontrarte. De rodillas esperando. Blanco cuerpo desnudo, con mi nombre grabado destacando.
De acercarme despacio, viendo como tu polla crece al compas del sonido que marcan mis pasos.
De coger tu pelo y levantar tu cara hacía mí. Mirarte a los ojos y decirte te quiero.
Colocarte el collar que por fin has recuperado, de volver a colocar la placa de tu nombre en él, “mio de Leo”.
Sí, tengo ganas de volver a sentir el poder en mis manos, de sentirte de nuevo mío, mí sumiso, mí perro... mí juguete. Mío.
¿De qué tienes ganas tú?
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Doctor deseo; "suspira... y conspira"
2 comentarios:
Cuando recuerdo ese cajón... ganas me entran incluso a mi!!
ya me callo...
kat
Cuando puedas pásate por mi mundo, vale? será solo un momentito...
En hora buena por volver al ruedo.
Saludos
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