30 mayo 2007

In memoriam


Seguramente nunca he contado por aquí que mi padre era escritor.
Quizá sea esa la razón de que en mi fantasía sueñe con que yo también escribo.
No voy a escribir su nombre, no hace falta. Él ya no está. Pero no me apetece que cualquiera que ponga su nombre en el Google encuentre este blog.
Dejare aquí un fragmento del único libro que gano un premio regional. No fue un autor de masas. Editaba sus libros en su propia editorial, o en la de algún amigo. Nunca fue un éxito de ventas. No compraba sus libros más que la gente que lo conocía. Viejos intelectuales de la Valencia Sumergida, de los 50, los 60 y los 70. Poca cosa, vamos, nada que diera de comer.

¿Que pasa si la puerta no cierra por que la has sacado de quicio?

¡...Lo que son las cosas!: Una palabra desafortunada, un portazo desgraciado pueden bastar para hacerte la vida imposible. Cuando te lo piensas mejor, las conclusiones te sumen en paradojas de límites insospechados, tal es la multiplicidad de aspectos con que lo razonas. Y así te va, que te pierdes en lo accesorio. Las cosas no son nada sin lo accesorio, los antecedentes, los intermedios, los consecuentes, y se producen sólo con dos sentidos: Precipitándote hacia el desastre o alimentando un drama en el subterfugio de la inducia. No importa el momento de la precipitación, *porque incluso cuando uno escala, más o menos trabajosamente, ¡qué derroche de tiempo y de energía! Cada cual es libre de escoger la vía de su martirio. Pero en cierto viaje no hicieron falta alforjas. ¡Además, cuando uno no atiende a razones, recriminarle nada es gastar saliva en balde! Qué hacer: ¿Soportar estoicamente todas las cuitas —el chasco es el chiste de la fatalidad— y embarcarse en las peripecias más absurdas? ¿Era necesario un impulso tal que saca la puerta de quicio? Porque el golpe ha sido exagerado. Y una de dos: O se te ha escapado la mano o tienes muy mala leche. Con la primera proposición te exculpas por el argumento de la torpeza —¡jilipollas!—. En cuanto a la segunda..., ¿por qué razón, si no, provocaste el estropicio?
Tú, con su portazo, largabas un desaire ya de por sí superlativo.

Otros efectos:

1) Un estampido seco seguido de un retumbo, un desmoronamiento y un estrépito horrisonante. Ella sintió que se descerrajaba la bóveda de su cráneo...
2) Cascotes, escombreras, astillas, cristales, porcelanas, y sus canicas contenidas, repiquetean, prolongan con su tabaleo el estruendo fenomenal. Pero eso es lo que oyes, ya en la escalera. Bajo el dintel, sin embargo, lo único que podías oír eran los ecos de tu furor que había estallado por fin con su estridencia percusiva.
3) El silencio restituido ya no es lo que era. Sobre todo, porque ahora es un verdadero silencio, con toda la espectación del mundo contenida. Y así se presentaban las cosas en el instante siguiente. La fatalidad, veleidosa; ella, aturdida por el giro que tomaban los acontecimientos, y tú, ¡para más inri!, ratificándote...
4) Que comienza la cuarta parte como enésima, pues el asunto venía de días. Empujado por una resolución diabólica, habías cogido el picaporte y cerrado tras de ti con toda la fuerza del alma. La puerta se convierte ahora en el tema referente. La puerta, el umbral, el tranco, el seguro, el franqueo doméstico.
5) Al mismo tiempo que se inaugura un pretérito tan perfecto, se extiende un horizonte vasto por el que zozobrar.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hoy he llorado... recordando

Cariño tú eres escritora desde que naciste, no son fantasias, solo te falta plasmar las historias en papel, hay personas (al menos una) que están deseandon leer tu libro... mientras tanto nos conformamos con leerte aquí a diario (bueno cuándo escribes)

LEO dijo...

¿Tu ya sabes que te quiero verdad?...
Hay tristezas que nunca llegan a terminarse... días en que los recuerdos te cierran el estomago.... pero la vida sigue... en realidad yo muy escritora no soy, tan solo traslado a palaras lo que siento...
Un beso guapa...
tú que siempre estás ahí...
que me escuchas cuando hablo,
que me quieres a pesar de todo o,
precisamente por todo,
que en lugar de juzgar,
apoyas...
tú...
gran amiga imprescindible.

Y ademas la más guapa...jejejeje.

Anónimo dijo...

si es que no se puede negar, ya me extrañaba a mi que eso de escribir tenias que llevarlo en los genes.... me sorprendio gratamente la primera vez que visite el blog, las ideas, lo que escribes y como lo escribes, no soy de letras y quizás por esa razón me alegra y me satisface enormemente encontrar un sitio donde uno puede acercarse y encontrar buenos ensayos, ensayos que yo seria incapaz de acercarme a ellos con mi gracia literaria.
Por eso te digo: que esos barros trajeron estos lodos.

Gracias por editar tus petites assages.
McQ