13 mayo 2007

Ella


Bajo la luz de unas velas puestas como al azar, a la sombra inerte le recorre un escalofrío, no sabría decir si de ansia o de expectación, si es que hay alguna diferencia.
Oye un ligero taconeo que recorre su perímetro, su triste figura.
Podría levantar los ojos y mirar si quisiera. Pero no quiere.
Podría dejar a ese suspiro escapar de sus labios.
E, incluso si quisiera, podría dejar a su erección seguir su camino…
Demasiado tarde, su cerebro ya ha mandado la señal, su erección esperará a momentos más acordes a sus circunstancias.
El suspiro morirá en sus labios… una vez más.
Sus ojos continuaran bajos.
Es su deseo.
O el de Ella.
Ya no lo sabe.
Dejo de separar el yo del tú, el yo del nosotros, el yo de si mismo.
De Ella misma.
Ella.
Llenándolo todo con su presencia.

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