02 abril 2008

Colores


Está tendido en la cama.

Su vestido un collar, dos muñequeras y dos tobilleras, de cuero negro. Siete argollas en total, tres de ellas en el collar. Cuatro mosquetones. Una cadena uniéndolos.

Ni sé hacer nudos artísticos ni me interesa aprender; lo intenté, vaya si lo intenté, pero no tengo gracia… ni paciencia. Clic, clac y mio esta inmóvil. Un antifaz tapa sus ojos. El juego se llama “Adivina el color”.

Enciendo las velas. Roja, azul, verde, blanca.

Cae la gota y sube el gemido.

Roja. Error. Dos golpes. Era verde.

Azul. Error. Cuatro golpes. Era roja.

Uno tras otro caen los colores. Uno tras otro suben los golpes. Basta, basta por favor.

Usare la fusta para pagar los golpes, para saltar la cera.

El tiempo cambia, cuentan los segundos invisibles relojes. Ingeniería de cuero preciso.
El tictac de mi fusta repiquetea en tus muslos, en tus glúteos, en tu espalda.

Se desprenden las últimas gotas bajo mi esmalte de uñas.
Rojo, como la cera.
Como la pasión.
Como tu piel bajo él.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te has vuelto muy rollera....menudo petardo de blog........

LEO dijo...

Sis, es lo que tiene escribir para uno mismo, que escribes lo que te sale de las tetas, pero sobre todo que te importa una mierda lo que opine quien lo lea.

Un afectuoso saludo,
Leo