Kris y Clau (y 2)

Se nos han casado… las niñas por fin se han dicho el si quiero… en realidad solo dijeron si… las dos madrinas nos quedamos esperando el quiero, ya se sabe, los nervios, que no perdonan.
Después de dos meses de nervios, prisas y llamadas, el sábado formalizaron su relación de doce años. Y ahí estábamos las cuatro, hechas un manojo de nervios. Por que, para que engañarnos, esta boda la hemos vivido como nuestra, no quiero pensar el día de la mía (si es que hay una mía) como estaré.
La ceremonia fue preciosa, en un palacete de principios de siglo, en los jardines de Monforte, subiendo los escalones que llevan a la sala donde se oficia la celebración a mi me temblaba hasta el último pelo.
El concejal, muy atento, además de los artículos y las palabras obligatorias, dijo un discurso muy apropiado, hablando del amor, el compromiso… Después del si quiero, los anillos y el beso, a está que escribe le tocaba leer el poema, inocente de mi, pensaba que lo leería en mi silla… pues no, me toco levantarme, y leerlo delante de todo el mundo, justo donde antes estaba el concejal… y con el micrófono delante. Creo que no lo he pasado peor en mi vida…
Pero nada, todo muy bien, ni tartamudee, ni me entro la risa tonta ni nada, como una campeona…




Y después lo de siempre, las fotos, la comida, ir a casa, cambiarse, ir a cenar, bailar… el día completo vamos…
Y como siempre, tardaré unos días en recuperarme, por que, como siempre, me pasé con la bebida… y con los bailes…