06 julio 2007

Libre interpretación



Este comentario lo rescato de ¿Sumisos encubiertos?, pensaba responder en un comentario, pero me ha quedado muy largo.


“Me gusta tu elección para ilustrar el comentario.El matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck.Un engendro de posibilidades interpretativas.Pero con todo, y enlanzando con tu comentario, lo que más claro me queda es que la pose de hierática magnificiencia del esposo es....eso pose.Y detrás de ella...¿Qué esconde el matrimonio Arnolfini?¿Me lo cuentas?
un saludo
Jano

Hola Jano...
¿Esto es un reto? Mira que lo de recoger el guante me encanta...

"Libre interpretación de Leo"
Dejando de lado el que posiblemente el cuadro solo sea una alegoría al matrimonio, a la fertilidad o a la imaginación del autor.

Estamos en una época en que las mujeres eran poco más que objetos con los que comprar influencias, favores, posición social, etc., pasan de la propiedad del padre a la propiedad del esposo, salvo honrosas excepciones.
El marido es un comerciante rico, eso se puede deducir de lo que se ve en el cuadro (o echándole un ojo a la wikipedia, jeje), la familia de la mujer es burguesa, quizá no muy acomodada, pero con un apellido de renombre. Se debaten entre casar a la niña con alguien se su estatus social o con alguien con fortuna. Al final se deciden por el dinero de un mercader acaudalado, de mediana edad, lo que dará estabilidad al matrimonio.
Evidentemente lo que ella opine se quedará para llenar las páginas de su diario íntimo.
Se celebra la ceremonia, en privado, sin iglesia, sin curas, sin pompa ni artificio. No es un matrimonio entre iguales. Lo único que se busca en el es el dinero del nuevo esposo, que saca a flote la economía familiar. En cuanto al esposo, se beneficia de la posición social de su esposa, lo que beneficia sus ya prósperos negocios. Y le asegura un status adecuado para sus descendientes.
El amor no tiene cabida, de todas formas él, en su vida privada, privada hasta para su esposa, tiene amantes que le calientan el lecho.
Ella esperaba más de la vida. En sus planes no estaba casarse con un hombre muchos años mayor que ella. Vulgar como solo puede serlo un mercader. Poca diferencia ve ella entre su esposo y un vendedor del mercado. No le impresiona el dinero, la vida y sus padres siempre se lo han dado todo en bandeja.
Imaginaba la ceremonia de su matrimonio en una gran iglesia, con cientos de invitados y ella como centro de todo. Imaginaba a un esposo de su edad, un joven noble con el que le uniera, si no el amor, los intereses similares a los suyos.
Empieza una nueva vida lejos de la protección de mamá, lejos de los caprichos que le daba papá. Con un marido que la ignora, que prefiere pasar las noches con mujeres de vida disipada, que no se molesta ni en disimularlo. Un marido frío que cuando viene al lecho conyugal solo le ofrece dolor y humillación.
Y empieza a vislumbrar su venganza.
En una época en que se espera que la mujer sea esposa y madre, ella decide que, puesto que no puede hacer nada para evitar ser esposa, no va a permitir que el la preñe.
Visita a una comadre que le vende unas hierbas, que, en infusión, evitaran que su vientre acoja a un nonato.
Pasa el tiempo y el marido, en vista que el vientre de su mujer no es fértil, se preocupa más de humillarla y despreciarle que de consolar las hipócritas lagrimas que ella vierte.
Se hace más exigente en la cama, le pide cosas que una mujer decente no debe hacer con la excusa de que el acto ya no es para procrear, sino para procurarle placer a él.
Ella, harta de este trato vejatorio, vuelve a visitar a la comadre, con lo que consigue, tras introducir unos polvos en el vino que él bebe, que deje de molestarla en la cama. Sin erección no hay acto.
Las tornas empiezan a cambiar.
En ausencia de erección, el orgullo masculino que él siempre ha ostentado empieza a decaer.
Ella, tímidamente al principio, empieza a gobernar la casa. Poco a poco empieza a meterse también en sus negocios, que bajo su mirada de mujer despechada sin compasión, empiezan a ser brillantes.
Con su seguridad recién adquirida, empieza a humillar también a la persona. La falta de erección le da la forma adecuada de humillarlo. La forma de hundirlo en el ostracismo en el que antes ella moraba.
De cara al exterior, él, es un brillante mercader, dueño de sus negocios y de su casa, dueño de su Señora, que le lleva la casa con una dignidad muy propia de las de su clase.
En el interior, él es un pelele en manos de una mujer que ha descubierto que, cuanto más abajo estas, cuanto más oculta, más fácil es darse el impulso para tomar las riendas.

Esta interpretación es un poco radical y extremista, pero a mi me gusta bastante más que lo que debió ocurrir en realidad.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta como has rasgado el lienzo.Giovanni, que así se llamaba el esposo no sale muy bien parado.¿Era de prever?Siento haberle puesto tan en peligro.Porque sabes...todos los hombres casados (entre los que me incluyo) somos un poco Giovanni.
Mientras leía por primera vez tu interpretación se me hacía muy cuesta arriba que "la mosquita muerta de Jeanne(la esposa)" fuera capaz de sufrir tal metamorfosis con esa apariencia pero luego...amplie la imagen de su cabeza y descubrí un rostro más intrigante, más ambiguo, más calidoscópico y desde luego con mas posibilidades que el plano y unívoco jeto de Giovanni.

Ha sido un delicioso placer que nos reveles las confidencias y secretos que escondían los Arnolfini.Y...no volvere a tirar el guante tan alegremente.

un saludo.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Yo solo quería felicitarte por esta fantástica (por buena y por fantasiosa) interpretación del cuadro... a mi siempre me había llamado la atención los voayers (no se como se escribe... disculpad!!) que se reflejan en el espejo... Me encanta esta/tu historia... parece imprimir tu carácter!!

Besos respetuosos... kat

LEO dijo...

Me alegro que te haya gustado Jano...jeje, en realidad, tampoco lo he dejado en tan mal lugar a Giovanni... solo en el que le correspondia...jejejje.
Y, por favor, sigue tirandome el guante..... en realidad, me encanta.

Gracias Kat (no digas muy alto que parece imprimir mi caracter, que se me van a asustar, jeje)
En realidad pensaba ser un pequeño comentario, pero me emocione con la historia y ya ves lo que ha salido...

Un beso,
Leo

Scarlett dijo...

Jaja,genial tu libre interpretación ^_^

Anónimo dijo...

¿Pruebas?

http://pintura.aut.org/SearchProducto?Produnum=21443

Está es mi versión:

http://janocunctator.blogspot.com/2007/07/relato-isabella-deste.html

A mi me divierte el juego.¿Haces tú la siguiente elección?

Jano
un beso

LEO dijo...

Me gusta el juego..... ¿o era el reto?

Dame tiempo, deja que baje mi musa y permite que mientras visite tu cambiado lugar, que, en encendido carmin, espera mi curiosa mirada.
Un beso,
Leo

(Creí que ibas a tardar algo más en tirar el guante...)

Anónimo dijo...

Envidio el ascendente que tienes sobre las musas.Con cuanta diligencia acuden a tu llamada.

Será un honor que visites el pobre espacio de mi blog.Se comprensiva y generosa con mi torpeza.

Era demasiado tentador no jugar.Cierto que me hubiera gustado no "provocarte" tan rápido...pero me resulto demasiado goloso no poner a Isabella en tus manos.Pocuraré ser más paciente.

Comparando relatos...no hay posibilidad de reto.La diferencia a tu favor es evidente.Así que....tan sólo puede convertirse en un agradable juego.

Jano
Un beso.