12 julio 2012

Una copa


... Y justo cuando parecía que esto volvía a funcionar, una nueva vicisitud lo paraliza nuevamente...

Pero seguimos y seguiremos, espera, me suena que esto ya lo he escrito más de una vez...
Si sumamos la falta de sueño, el cansancio, una musa vaga y poco tiempo, ¿qué tenemos?
Una Leo que está y no está...
Siempre intentando nivelar, equilibrar y cada vez más desequilibrada... No, no quiero decir zumbada, no... Bueno, quizá algo... pensaré en ello, pero mañana, que ahora me volvería loca si lo hiciera...

Miro hacia atrás, leo (ja) lo ya escrito y me doy cuenta de que no dejo de andar en círculos... la escalera debe ser de caracol y creo que me he quedado dando vueltas en el rellano...
Tengo ganas de avanzar, de dar otra vuelta y salir de esta circunferencia, si no en línea recta, por lo menos en zigzag...

Solo puedo prometer y prometo que lo intentaré...

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Mientras apuraba el Gin Tonic, lo miro y con una sonrisa en sus ojos le dijo:
- Vete al baño, quítate la ropa y espérame, daré tres golpes en la puerta.
Él enrojeció, pero murmurando un "Si Señora" se dio media vuelta y se encaminó al baño.


Ella salió fuera y se encendió un pitillo, aspiró con tranquilidad el humo de la primera calada y lo soltó suavemente, saboreándolo. Cuando dio la ultima calada volvió a entrar, y, con paso firme se dirigió al baño. Tres golpes y el cerrojo se descorrió.
Entró cerrando la puerta tras de si.


Él la miraba con la vergüenza pintada en la cara. Pero despojado de cualquier elemento que impidiera la mirada de su Dueña.
- De rodillas chucho- él obedeció, sin importarle la suciedad del suelo.
Le agarró del pelo levantándole  la cabeza y lo abofeteó, una vez, dos veces.
- ¿Cuantas veces he de decirte que no te quiero ver un solo pelo ocultando mis pertenencias?
Soltó su cabeza, el bajo la vista al suelo murmurando un "lo siento Señora es que..."
- ¡Cállate!, nadie te ha dado permiso para hablar. Ponte a cuatro patas.
- Estás por domesticar chucho, pero eso cambiara, ya lo creo que cambiara...


Levantándose la falda, se quitó el tanga.
- Abre la boca - Lo introdujo dentro. 
Paso una pierna sobre él, de tal forma que, su coño, liberado del obstáculo quedaba sobre su nuca.
Él notó como el líquido caliente de su lluvia caía sobre su cuello, resbalaba por su espalda, mojándole, bañándole con su dulce calor, con su inconfundible aroma.
- Límpiame.
Él levanto la cabeza y dejo que su lengua recorriera cada centímetro, cada pliegue, cada recodo de su suave piel. 
Escuchó sus gemidos y no pudo evitar enardecerse, pero haciendo caso omiso a su palpitante sexo siguió, sin detenerse, con paciencia, con mimo, con el ritmo que sabia la volvía loca. Ella apoyo las manos en los azulejos de la pared, sintiendo su frescor y se dejó ir...


Cuando su respiración volvió a la normalidad, entreabrió la puerta y, volviendo la cabeza le dijo:
- Sécate y vístete. Te pediré otro Gin Tonic.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Confuso estado de ánimo, pero ciertamente mañana será otro día (como dijo la pequeña sureña).
Y afortunados protagonistas de una fugaz historia de oscuros rincones.

Unknown dijo...

Si, mañana será otro día como dijo la bella Escarlata.
Y afortunados protagonistas los de una historia breve, de oscuros rincones, intensas emociones y deseadas pasiones.