10 febrero 2007

Encontrando a mi Lilith


Calles oscuras apenas iluminadas por sucias farolas.
Camino por la acera con la vergüenza pintada en mi cara.
El mundo se ha vuelto una sucesión de hechos inexplicables, de absurdas sombras que rodean la aparente calma con la que me envuelvo. Cataclismos de actos que se suceden sin apenas dejar tiempo para que los asimile.
Y en medio de todo, él, mi isla de tranquilidad, la droga con la que evadirme de esta realidad opresora.
Después de tanto tiempo perdida, empiezo a encontrarme. Y me descubro en cada noche que paso con él, voy recuperando pedazos de la mujer que fui.
Y necesito sentir el poder, me reconforta saber que puedo hacerlo, que todavía sé como hacerlo. Hubo un tiempo en que fuiste la reina absoluta de un montón de hombres que buscaban tu compañía sin apenas conseguir más que lo que tu querías darles.
Pero pasó, como todo. Y después de largos años encerrada bajo la coraza de la indiferencia, después de un tiempo buscándome, empiezo a encontrarme. Y me descubro en cada noche que paso con él, voy recuperando el poder que siempre tuve. El poder de ser yo misma, sin miedos, sin fantasmas rodeándome.
El poder. Siempre lo relacioné con el sexo, con el género. Estaba equivocada.
Mi poder no reside en factores externos, esta dentro, solo tenia que darme cuenta, verlo. Todos tenemos dos mitades, yo me busqué, empecé a encontrarme y finalmente lo hice.
Mi mitad perdida se hallaba dentro de mí. Yo la llamo mi Lilith.
Esa mitad oscura que me complementa.
El camino ha sido largo y difícil, pero aquí estoy. Siguiéndolo. No sé dónde me conducirá, pero soy yo quien lo traza.






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