18 octubre 2011

Contradicciones



Una gran luna llena alumbra el camino.

Yo, que siempre fui de sol, camino bajo sus rayos,
llenándome,
empapándome del reflejo argénteo de su mirada.

Miro mis pies y susurro una plegaria,
antiguas baladas sin letra inundan mi mente,
susurros que aletean un segundo ante mis ojos hasta desaparecer…

Alguien importante me dijo una vez “la poesía solo es de la juventud”
pero grito mi canto y haya su forma,
escribo y escribo y me sale un fondo,
tu no lo entenderías nunca, pero
al dejar mis entrañas en este folio,
he dado más que en cien mil noches en vela,
con el alma prendida en una mirada,
en unos ojos y unos labios
que jamás me llegarían a pertenecer.

Es el influjo de la luna
lo que me sumerge en este universo místico,
un aluvión de vida que corre en avalancha por mis venas.
Un suspiro que se me escapa y vuela.
M. Leo