28 enero 2008

Reconstruir



Y eso es lo que pasa. Tienes tu mundo construido y de pronto, se derrumba. Y se acaba todo. Y tienes que volver a intentar reconstruirlo. Ir sacando piezas de entre los escombros para volver a levantar tabiques. Rezar para que ninguna de esas piezas sea la equivocada. Rezar para que, esta vez, no sean tabiques levantados en falso.
Y las dudas asaltan tu cabeza. Y si son los cimientos los que estaban mal… y si los tabiques… quizá haya sido el suelo, que no estaba afianzado… o el tejado, que pesaba demasiado…
Solo puedes ir reconstruyendo poco a poco, con la esperanza de que esta, sea la vez.
No se puede evitar mirar atrás, era un mundo tan bonito…
Tanto que se derrumbó.
Puede que todo principio lleve un final implícito, pero esa nunca ha sido tu filosofía, no señor. Por lo menos no para las relaciones.
Claro que si lo piensas bien, no es que yo sea un buen ejemplo de perdurabilidad. Los amigos se han ido quedando en las orillas del camino. Puede que la razón sea que soy demasiado exigente con las personas. O puede que las personas sean demasiado egoístas. O las dos cosas. Pero lo cierto es que cuando han dejado de aportarme lo que yo espero que me aporten, siempre me alejo, hasta el punto de perder la relación, dejarla en un recuerdo del pasado. Egoísta que es una, que siempre espera que un amigo sea quien está, sobre todo, en los malos momentos.
Si traspasamos esto a las relaciones intimas, a pesar de que mis exigencias en las relaciones intimas son altas, para que vamos a negarlo, muy altas. Soy muy exigente en la entrega, pero creo que, a la vez, soy muy generosa entregando. Lo doy todo, a veces hasta el punto de quedarme seca, sin nada más que ofrecer. Es entonces cuando me doy cuenta de que no ha habido intercambio, me quedé vacía por que di y no recibí nada a cambio. Es entonces la hora de plantearme si merece la pena. Cuando decido poner espacio y tiempo entre medio. Si se va ampliando, termina por convertirse en insalvable, así que no debería de valer mucho la pena.
Debe de resultar muy egoísta este planteamiento, pero no por ello no es real. En el fondo creo que todo el mundo reacciona así, aunque lo plantee en otros términos.
Está es la razón, creo, de que mi circulo de amigos sea tan reducido, a los demás solo puedo nombrarlos como conocidos.
Y supongo que está es, también, la razón de que mis relaciones de pareja no hayan tenido perpetuidad.
Me estoy yendo del hilo… si que es raro, si… debe ser la primera vez que me pasa. Al contrario que con el derrumbe de mi mundo chupiguaymolamogollondelapiruletayelcupachustodomezcladoconalgodondeazucarrosapastel.
Hay una entrada, por el principio del blog donde explicaba mis sentimientos al respecto, no voy a repetir lo ya escrito.
Antes de que me encuentre un comentario lamentando mi ruptura, decir que la relación sigue, replanteada, la relación de pareja, por supuesto. La relación D/s ha desaparecido, creo que se fue de la mano de la confianza.
Confianza, que gran palabra. Y cuantos problemas nos habríamos ahorrado si no se hubiera traicionado. Pero así son las cosas, así han salido.
Ahora, desde una nueva óptica, vuelvo a reconstruir mi mundo, sin collares, sin obediencia, sin reglas ni normas… menos mal que siempre nos quedará Paris… esto, el amor.
Puede que poco a poco, a la vez que se recupera la confianza se vayan recuperando algunas normas, algunas reglas… tiempo al tiempo… siendo optimistas, puede que hasta recupere el collar… siendo muy optimistas claro…
En fin, puede que hasta recupere la costumbre de escribir, si la musa se digna a dejarse ver…

10 enero 2008

A vueltas con lo mismo... otra vez


He vuelto a leer algo que me ha roto. Otra vez. Vuelvo a leer sobre un maltratador. Y vuelvo a ver a una mujer destrozada. Y sin quererlo, vuelvo a recordar.
Y siempre son las mismas frases “sin mi no eres nada” “nadie te va a querer” “estas loca/eres una histérica/eres una mierda” “tú tienes la culpa de todo lo que me/te/nos pasa”.
Frases que la primera vez que las oyes te dan risa, pero después de años te crees a pies juntillas.
Y nada de lo que te digan hace que habrás los ojos. Empiezas a establecer criterios equivocados y simplificados para poder seguir adelante, “él bueno, yo mala”, “él acierta, yo me equivoco”, “el cuerdo, yo loca” “el sereno, yo histérica”…
Y pasa el tiempo y, como el que no quiere la cosa, dejas de ir a la peluquería, te cortas las uñas a ras, para no tener que limarlas, dejas de depilarte, te vistes con cualquier cosa y, bajo tus ojos, empiezan a crecer unos círculos amoratados y hinchados, tus días son en gris y tus noches en blanco. Pero lo peor es que tu hijo, empieza a comportarse de forma distinta y tú lo ves, pero no puedes hacer nada. Empieza a imitar comportamientos y la profesora habla contigo, pero no tienes nada que decirle, ninguna excusa. Por que has asumido que lo que pasa en tu casa es lo normal. Por que querías una vida convencional y aquí la tienes. Por que crees que dejar que un niño crezca sin tener a su padre a su lado, es ser una egoísta. Por que al fin y al cabo, has oído tantas veces que estás equivocada que crees que lo mejor es dejar las cosas como están, sin tomar ninguna decisión.
Pero, irremediablemente, siempre hay una gota que colma el vaso.
Siempre llega el punto de inflexión.
Y, es que, cuando has tocado fondo, ya solo te queda subir.
Y puede ser por mil cosas. En mi caso fueron unos cuernos.
Si, me acosté con otro.
Y de pronto, abrí los ojos.
Me di cuenta que, si un desconocido era capaz de tratarme con más amor que mi pareja sin quererme, mi pareja no debía de quererme mucho… o quizá nada. Ese fue el principio del fin.
Me di cuenta de muchas cosas.
No ha sido algo fácil, ha estado lleno de dolor, de miedo… durante un tiempo dejé de salir sola a la calle… tenía ataques de pánico…
Pero como todo, si no puedes con ello, tienes que aprender a que conviva contigo.
Y lo superas, claro que lo superas, no tienes más huevos, por ti, por tu hijo, por tu madre, por tus amigos, que siempre están a tu lado… por todo.
Y entonces descubrí el bdsm…
Pero eso es otra historia que ya he ido contando por aquí… y que seguiré contando o como dice mi madre… “y lo que te rondaré, morena”

Aunque también está relacionado.
Al conocer el bdsm, me he ido dando cuenta de que escondidos bajo el título de amos, se esconde la misma escoria que en el denominado mundo “vainilla”.
Que los maltratadotes, los sádicos, los hijos de puta, tienen el parapeto perfecto donde esconderse, y se autodenominan “amos”.
Que acostumbran a aprovecharse de mujeres que empiezan y no tienen mucha idea. Que minan su voluntad y someten sus almas amparados en la ortodoxia, que ellos llaman “sumisión mental”.
Quizá sería buena idea que todas y cada una de las sumisas que han pasado por sus manos dijeran su nick y su nombre y apellidos, dirección y ciudad donde viven, en todas las páginas de bdsm que existan, que los desenmascaren y que toda la comunidad bdsm les diera la espalda. Que los denunciaran en los juzgados. Que gritaran al mundo entero que esos hijos de puta no tienen derecho a ponerle la mano encima a nadie más.
Y lo dejo aquí, por que me ofusco y empiezo a perder los papeles…
Otra vez reincidentes... "Ay, Dolores"

08 enero 2008

Luces en la noche


Y al caer la noche, los faros alumbraban el camino. Delante, dos rojos ojos, como de gato, me miraban fijamente, sin pestañear. Por el espejo vi que también por detrás me seguían. Amarillos, fijos en mí espejo. Al mirar por la ventanilla, hacía mi derecha, encontré otros ojos, ojos amarillos que fugazmente se cruzaban en mi camino.
¿Qué clase de animales poblaban esta selva de asfalto?
No podía saberlo, solo distinguía sus ojos.
Me recorrió un escalofrío. Empecé a temblar.
¿Sería posible…?
No, estaba segura aquí dentro.
O al menos eso creía yo, cuando de pronto…



- ¿Cariño? ¿Estás dormida?
- Mmmm…
- ¿Tienes frío? ¿Quieres que suba la calefacción?
- Mmmm…
- Ya estamos llegando… No veas que coñazo de coche, tengo el culo pegado al asiento…

07 enero 2008

Año nuevo

¡Sí... lo he superado! Y soy... ¡ La campeona de las campeonas!
Un año más he superado la noche buena y la navidad, nochevieja y reyes, con sus adornos, con sus regalos, con sus viajes de aquí pa´lla... que si mi familia, que si la de mio... Y no parecía posible pero, por fin se ha acabado... ¡Bien! No puedo creer que yo vaya a decir esto, pero... que ganas tenía de que volviera la normalidad, con su rutina, con mis mañanas aqui, frente al ordenador, las prisas, el niño, la casa, la comida... Aunque, así, en bajito, tengo que confesar que es un coñazo, pero es mi coñazo y me lo organizo como quiero.
Y ahora, voy a ver si me pongo al día y hago las visitas de rigor, que tengo a todo el mundo abandonado... lo mismo ya ni se acuerdan de mí...
Por cierto... creo que en el post anterior me confundí de calendario... creo que era este el de Jano...