30 mayo 2007

In memoriam


Seguramente nunca he contado por aquí que mi padre era escritor.
Quizá sea esa la razón de que en mi fantasía sueñe con que yo también escribo.
No voy a escribir su nombre, no hace falta. Él ya no está. Pero no me apetece que cualquiera que ponga su nombre en el Google encuentre este blog.
Dejare aquí un fragmento del único libro que gano un premio regional. No fue un autor de masas. Editaba sus libros en su propia editorial, o en la de algún amigo. Nunca fue un éxito de ventas. No compraba sus libros más que la gente que lo conocía. Viejos intelectuales de la Valencia Sumergida, de los 50, los 60 y los 70. Poca cosa, vamos, nada que diera de comer.

¿Que pasa si la puerta no cierra por que la has sacado de quicio?

¡...Lo que son las cosas!: Una palabra desafortunada, un portazo desgraciado pueden bastar para hacerte la vida imposible. Cuando te lo piensas mejor, las conclusiones te sumen en paradojas de límites insospechados, tal es la multiplicidad de aspectos con que lo razonas. Y así te va, que te pierdes en lo accesorio. Las cosas no son nada sin lo accesorio, los antecedentes, los intermedios, los consecuentes, y se producen sólo con dos sentidos: Precipitándote hacia el desastre o alimentando un drama en el subterfugio de la inducia. No importa el momento de la precipitación, *porque incluso cuando uno escala, más o menos trabajosamente, ¡qué derroche de tiempo y de energía! Cada cual es libre de escoger la vía de su martirio. Pero en cierto viaje no hicieron falta alforjas. ¡Además, cuando uno no atiende a razones, recriminarle nada es gastar saliva en balde! Qué hacer: ¿Soportar estoicamente todas las cuitas —el chasco es el chiste de la fatalidad— y embarcarse en las peripecias más absurdas? ¿Era necesario un impulso tal que saca la puerta de quicio? Porque el golpe ha sido exagerado. Y una de dos: O se te ha escapado la mano o tienes muy mala leche. Con la primera proposición te exculpas por el argumento de la torpeza —¡jilipollas!—. En cuanto a la segunda..., ¿por qué razón, si no, provocaste el estropicio?
Tú, con su portazo, largabas un desaire ya de por sí superlativo.

Otros efectos:

1) Un estampido seco seguido de un retumbo, un desmoronamiento y un estrépito horrisonante. Ella sintió que se descerrajaba la bóveda de su cráneo...
2) Cascotes, escombreras, astillas, cristales, porcelanas, y sus canicas contenidas, repiquetean, prolongan con su tabaleo el estruendo fenomenal. Pero eso es lo que oyes, ya en la escalera. Bajo el dintel, sin embargo, lo único que podías oír eran los ecos de tu furor que había estallado por fin con su estridencia percusiva.
3) El silencio restituido ya no es lo que era. Sobre todo, porque ahora es un verdadero silencio, con toda la espectación del mundo contenida. Y así se presentaban las cosas en el instante siguiente. La fatalidad, veleidosa; ella, aturdida por el giro que tomaban los acontecimientos, y tú, ¡para más inri!, ratificándote...
4) Que comienza la cuarta parte como enésima, pues el asunto venía de días. Empujado por una resolución diabólica, habías cogido el picaporte y cerrado tras de ti con toda la fuerza del alma. La puerta se convierte ahora en el tema referente. La puerta, el umbral, el tranco, el seguro, el franqueo doméstico.
5) Al mismo tiempo que se inaugura un pretérito tan perfecto, se extiende un horizonte vasto por el que zozobrar.

25 mayo 2007

Raro

Saul Villa Bunker (pasillo)

Un pasillo largo, frío y desierto.

Podría ser el de cualquier hospital.

Podría ser el de cualquier casa abandonada.

Podría ser incluso el de su propia casa.

Pero no es ninguno de ellos.

Una ligera bruma ondea sobre el suelo y que ella recuerde en su casa no hay bruma.

Aunque, pensándolo bien, tampoco es que recuerde gran cosa, ni de su casa, ni del hospital, ni de ninguna otra cosa o casa.

Al final se ve luz, como saliendo de una puerta, pero no lo distingue bien.
Piensa que sería una buena idea averiguar de qué se trata.

Y empieza a andar. Solo que no anda. Después de unos pasos se da cuenta de que sigue en el mismo sitio. No ha avanzado ni un centímetro.

Rara. La cosa empieza a ser rara.

Tal vez sea un sueño. O tal vez no.

Vuelve a intentarlo, la mirada fija en la tenue luz. Parece que se acerca a ella. Pero no.

De nuevo en el mismo sitio.

Piensa que quizá deba mirar sus pies en lugar de la luz. Y lo hace. Pero no tiene pies.

Al final del camisón no hay nada. Un vacío y los azulejos del suelo.
Ahora lo entiende todo, sin pies no hay pasos.

Tal vez los pies se escondan bajo los faldones del camisón. Sería buena idea levantarlos y echar un ojo. Y lo hace.

Pero no tiene manos. Y ya que lo dices, tampoco hay brazos.
Al final de la manga un vacío.

La cosa se empieza a poner mal. Puede que ni siquiera tenga cuerpo dentro del camisón. Pero a ver como lo comprueba.

Quizá si respira fuerte pueda ver si la parte que cubre el pecho se mueve. Y lo hace.

Pero la tela no se mueve ni un milímetro.

Empieza a sentir claustrofobia. Estaría bueno que solo fuera una cabeza. O quizá ni eso. Una mente. Un pensamiento. Algo etéreo.

Y de pronto estalla una luz delante de sus ¿ojos?

Ve como aquel coche rojo se acerca a mil por hora. Puede ver como cada vez está más cerca. Más cerca. Ve y siente el impacto.

Oye a las ambulancias. Ve el techo de una de ellas. Incluso oye la voz del imbecil ese que dice que no hay nada que hacer. Hora de la muerte 15:43.

24 mayo 2007

Todo preparado

Ya esta todo preparado.
En el comedor las velas y el mechero a punto.
La mesa baja cubierta con la tela negra y, encima de esta, los objetos alineados y ordenados. A un lado muñequeras, tobilleras, cadenas cuerdas, mosquetones y candados. Al otro lado mi flogger de gatita, la fusta, el látigo. Bajo estos el dildo de cristal, el consolador transparente, el marrón, el arnés y por supuesto la cola de mi perro. A su lado las pinzas, las de tender, las de metal, la correa y el collar. Centradas en la mesa las velas de colores, rojas, azules, blancas… Todo en su lugar.
Del clavo del techo cuelga una cadena. En la mesa alta una manta cubriendo el cristal.
Las sillas en el lugar previsto.
Todo esto preparado mientras mi cuerpo sigue sumergido en el agua aceitada y salada del baño, también preparado para esta ocasión especial.
La cena preparada y servida en la cocina.
Él con el mandil cubriendo su desnudez.
Cuando, después de cenar, entramos en el comedor, enciendo las velas.
Dime que eres mio; Soy tuyo.
Dime que puedo hacer contigo todo lo que quiera; Puedes hacer conmigo todo lo que quieras. Como quieras. Donde quieras. Delante de quien quieras.
Pídeme tu collar; Por favor mi Ama, por favor… ponme mi collar… por favor.
Arrodíllate. A cuatro patas. Como el perro que eres.
Y me siento a horcajadas sobre él. Mis piernas a ambos lados de su cintura. Mi humedad apoyada en su espalda. Rodeo ese cuello que me pertenece con mi collar. Con su collar. La placa con su nombre bien situada en el hueco que divide el cuello de su pecho. Y comienzan las horas muertas.
Y el tiempo se detiene.
Empiezo con las reglas, con las normas, con las consecuencias de no cumplirlas. Continúo con los castigos pendientes.
Uno a uno, todos los segundos que nos damos, nos rodean en lenta procesión.
El olor a sexo, a lujuria, mezclado con las aromáticas velas.
El sonido de tus gemidos, de los golpes, mezclado con la suave música.
Recorro tu cuerpo con caricias, recorro tu cuerpo con el calor de mis velas, con las tiras del cuero que no son más que tu otra piel. Ahora cadenas, ahora cuerdas, ahora mi amor, tú.
Besos robados a una boca suplicante.
Ardores que inundan cuerpos sudorosos.
Noche de amantes mecidos en sus propios deseos.
Encendidos en fantasías de antaño.
En fantasías de ahora o nunca.
La noche deja paso al día.
El ardor a los abrazos.
El fuego a las brasas que nos calientan y alientan.
La fantasía a la realidad de este amor que crece y nunca cesa.



22 mayo 2007

Eventos


El sábado estuvimos de cena. Otra vez. Si es que esto es un no parar. Esta vez el destino fue Barcelona. Cena con amigos, y las copas en el Fetish café. No se puede decir nada más que ¡Impresionante! Nos recibió Dómina Zara. Todo un lujo. La gente se sentía cómoda, algunos jugaron. Nosotros no. Yo me limité a sentarme en la barra primero y en un banco de obra después, con mio a mis pies.
Ya en la otra fiesta en la que estuve descubrí que, a mí, en realidad no me gustan las fiestas. Bueno, en realidad lo que no me gusta es exhibirme. Me encanta que la gente se sienta libre de vestir y comportarse como mejor les parece. Me encanta la idea de un lugar donde hacer realidad las fantasías, sin ser mirado de manera rara.
Pero yo no. Yo no puedo exhibirme. Debe ser que soy tímida… no se. La verdad es que a mio le encantaría. Pero no puedo. Y no es que no me guste que me miren, que me encanta. Pero me gusta que me miren por mí, no por que llame la atención, no se si me explico. Así que, lo de tener una sesión delante de otras personas que van a estar mirándome, pues como que no.
Dentro de unos días hay una fiesta aquí, en Valencia. Por supuesto vamos a ir, más que nada para apoyar el proyecto, pero como en las anteriores yo no participaré. Me quedaré con mi copa, mi cigarro y mi perro en la barra, hablando, riendo, relacionándome y por que no, mirando. Estoy pensando que tengo un punto muy pronunciado de voyeur, me encanta mirar. Aunque quien sabe, después de todo con la gente de Valencia ya tengo confianza, quizá hasta me anime a hacer algo…

17 mayo 2007

Protocolo ¿...?


Hoy en Barrio Sésamo vamos a hablar sobre el protocolo. Si mis niños, empezaremos primero en explicar que coño es eso, por supuesto siempre bajo el marco del Bdsm, o de la D/s que es a lo que yo juego.
Cogeremos la tercera acepción para esta palabra que sale en el RAE:
“Regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto o por costumbre.”
Bien… Así que regla ceremonial… es decir de ceremonia… o sea, de sesión.
Establecida por decreto o por costumbre… por decreto del dominante supongo… O por la costumbre.
Y ahora en cristiano. A mi entender… el protocolo son una serie de normas o recomendaciones que integran este mundo (del Bdsm) y la forma de relacionarse entre los que lo integran.
… Pero… (Si, si, lo se… es que si no hubiera pero no seria yo) ¿Quién ha creado esas normas? ¿Por qué? O lo más importante ¿Para qué?
Dentro de la comunidad Bdsm (por lo menos en lo que yo conozco) hay tantas interpretaciones sobre esto como personas.
Pero claro, así es un lío… por qué entonces ¿Cómo coño debe uno comportarse ante otra persona o en grupo?
Pues con respeto, como te comportarías ante cualquier otra persona (entendiendo que uno es una persona respetuosa y educada, que si no, no vale).
Puesto que cada cual tiene una idea del protocolo y que cada uno lo adapta a sus gustos o deseos, la norma básica debería ser educación y/o respeto. Por ambas partes, por supuesto. E independientemente del rol que se ostente.
Dentro de la relación de pareja (de pareja D/s por supuesto, o trío, o lo que sea) el protocolo lo marca el Dominante, siempre consensuado con el sumiso.
Y aquí si puedo contestar a las preguntas.
El por qué es muy sencillo, por que hay una determinada manera en que me gusta ser tratada. Por lo que me creo una serie de normas… que se me abran las puertas, que se me enciendan los cigarros, que se me hagan masajes, preparen baños, sirvan la bebida y/o comida… que se me haga la vida más fácil, vamos… y hablamos siempre de fuera de sesión, por que para sesión hay un protocolo distinto… una serie de reglas… Pero esas ya las sabéis que están escritas al principio…
El para qué es fácil también. Para crear un espacio donde el sumiso se sienta seguro desde el principio. Para darle a entender la forma en que deseo que se dirija a mí. La forma en que espero que se comporte con relación a mi o a otros.
Así que, llego a la conclusión de que lo del protocolo sigue siendo tan personal como el tipo de relación, el tipo de juego o el contenido de dicho juego… o sea, no he llegado a ninguna conclusión… que digo yo…¿pa´que coño escribo si en vez de aclararme me lío más?En fin, estas cosas pasan por olvidar que la musa ya no me quiere...

15 mayo 2007

Abuso y Bdsm


Hay algo que desde hace ya algún tiempo me preocupa.
Me da la impresión de que, dentro de esto del Bdsm, hay personas que se aprovechan de la debilidad de otras. Por supuesto hablo de Dominantes (más bien supuestos dominantes), es difícil que un sumiso abuse de su poder... aunque quizá no imposible.
Personas que, debido al lugar que ostentan en la relación, han creado un circulo en torno a la persona sumisa, impidiéndole a esta salir de el.
Como no puedo poner ejemplos sin personalizar, y como no puedo hablar de nada concreto si no de meras suposiciones, pongo un articulo sacado de "ecstagony" en esta dirección: http://www.ecstagony.com/spa/info/artgen/test.htm
"Su pareja, ¿abusa de Ud.?

En las relaciones de BDSM como en cualquier relación de pareja, siempre hay posibilidad de abuso. En algún sitio de la red (*) encontré esta serie de preguntas para detectar la posibilidad de maltrato en una pareja convencional, pero sirven igual en una pareja BDSM, así que las traduje.
Desde luego, si está Ud. en una relación de dominante y dominado, es probable que haya consentido que su pareja "abuse" de Ud. en las escenas, y que Ud. lo disfrute. Pero ¿y fuera de las escenas o sin su consentimiento? ¿Abusa? ¿Ud. lo disfruta? Una relación de éstas no es excusa para el abuso.
Recuerde que nadie debe soportar el abuso y que no es porque Ud. tenga defectos que abusan de Ud. El defecto está en el otro.
Las preguntas están hechas para ser contestadas por una mujer, porque es más común que el que abuse sea el hombre, pero si Ud. es un hombre sumiso puede contestarlas también. Y si es el dominante, ¿qué cree que contestaría su pareja?


Su pareja…

¿La humilla o se burla de Ud. delante de su familia o sus amigos?
¿Le quita importancia a sus logros o metas?
¿La hace sentir que Ud. es incapaz de tomar sus propias decisiones?
¿Usa intimidación o amenazas para hacerla obedecer? (fuera de las escenas)
¿Le dice que Ud. no es nada sin él/ella?
¿La trata con rudeza, le grita, la agarra, la empuja, la pellizca o la golpea? (desde luego, en serio, sin su consentimiento)
¿La llama varias veces seguidas o se presenta de improviso para asegurarse que Ud. está donde dijo que estaría?
¿Usa las drogas o el alcohol como excusa para decirle cosas hirientes o abusar de Ud.?
¿La culpa a Ud. por lo que él hace o por cómo se siente?
¿La presiona para realizar actos sexuales para los cuales Ud. no está dispuesta? (dentro o fuera de las escenas)
¿Le hace sentir que no hay posibilidad de salirse de la relación?
¿Le impide hacer cosas que Ud. quiere, como pasar tiempo con su familia o sus amigos?
Después de una pelea ¿Trata de impedir que Ud salga o la deja en algún sitio como “castigo”?

Y Ud…

¿A veces tiene miedo de cómo va a actuar su pareja?
¿Tiene que inventar excusas para explicarle a los demás las acciones de su pareja?
¿Cree que la única forma de ayudar a su pareja es cambiar Ud. algo en su forma de ser?
¿Trata de no hacer nada que pueda causar un conflicto o enojar a su pareja?
¿Cree que haga lo que haga su pareja nunca estará contenta con Ud?
¿Hace siempre lo que quiere su pareja en lugar de hacer lo que Ud. quiere? (incluye las escenas)
¿Continúa con su pareja porque tiene miedo de lo que él podría hacer si Ud. se separa?

Si contestó que si a varias de estas preguntas, cuidado. Es probable que su pareja esté abusando de Ud. No espere. Busque ayuda"

13 mayo 2007

Ella


Bajo la luz de unas velas puestas como al azar, a la sombra inerte le recorre un escalofrío, no sabría decir si de ansia o de expectación, si es que hay alguna diferencia.
Oye un ligero taconeo que recorre su perímetro, su triste figura.
Podría levantar los ojos y mirar si quisiera. Pero no quiere.
Podría dejar a ese suspiro escapar de sus labios.
E, incluso si quisiera, podría dejar a su erección seguir su camino…
Demasiado tarde, su cerebro ya ha mandado la señal, su erección esperará a momentos más acordes a sus circunstancias.
El suspiro morirá en sus labios… una vez más.
Sus ojos continuaran bajos.
Es su deseo.
O el de Ella.
Ya no lo sabe.
Dejo de separar el yo del tú, el yo del nosotros, el yo de si mismo.
De Ella misma.
Ella.
Llenándolo todo con su presencia.

08 mayo 2007

Soledad segunda


Soledad segunda
Suena el despertador, a las siete como todos los días, lo paras y sigues durmiendo, tienes la sensación de que acabas de acostarte, toda la noche, despertando y fumando, fumando y durmiendo, como si necesitaras un descanso entre tus sueños, como si solo soñaras inquietudes. Vuelve a sonar. Ahí está. Las siete y diez, vuelves a pararlo.
-- Cariño, que son las siete y diez.
-- Mmmmm.
Decides levantarte, e ignorar al durmiente, ya volverá a sonar el despertador.
Vas a la cocina, y después del vaso de agua, inicias la batalla contra el día.
Primero los niños.
-- Venga chicos, a levantarse, que ya es la hora.
Y vuelta a la cocina, los cuatro vasos, la leche, saca las galletitas, las magdalenas, el zumo…
Y todos en la cama aun.
-- Venga cariño, que es tarde.
-- Chicos, el desayuno ya esta.
Ponles el cola-cao a los chicos, el azúcar, cafetito para el padre.
Aquí no se levanta nadie.
Como todos los días te toca zarandearlos, y como cada día escuchar sus quejas, los déjame en paz.
Cuando por fin todos se han sentado, tú ya has terminado de desayunar, así que, haces las camas, recoges la ropa. Pones orden.
Luego las ocho horas de rigor, cuatro primero y cuatro después.
Y en el medio el gran caos, deprisa a casa, prepara algo de comer para todos, y puedes dar gracias si después de tener que enfadarte, alguien se digna a poner la mesa.
Vuelta al gris despacho, aguantar las miradas del entupido de tu jefe, los comentarios del gracioso de turno, las conversaciones banales de los pasillos.
Y vuelta a casa, estas agotada, y aún tiendes una lavadora y pones otra, que no tienes ganas de oír los donde esta mi camiseta de nosequien, o si la corbata azul esta planchada.
Y a ver que se te ocurre para cena.
Haces lo que sea ante la mirada atenta de todos, y las manos que siempre van cogiendo cosas del banco.
Durante la cena, gracias a dios, hay un momento de tranquilidad, conversaciones comentando el día, conversaciones con los chicos (como están creciendo, y yo junto a ellos), conversaciones sobre su día.
Luego recoge, friega, y por fin, el sofá.
Y ves un programa que jamás verías si estuvieras sola, pero no te importa, no tienes ganas de discutir. Cuando decides ir a la cama, arrastrando los pies por el pasillo hasta el baño te sigue, entra contigo al baño y jugáis un poco.
En tu mente solo hay un pensamiento, descansar. Has pasado todo el día, todos los días desde que lo conociste, desde que nacieron los chicos, viviendo por y para ellos. Nunca te guardaste un pedacito de espacio donde estirar tus piernas, donde descansar el alma. Te sientes tan sola en esta vida que tu has elegido que desearías desaparecer, meter la cabeza debajo de las mantas y olvidarte de que hay un mundo ahí fuera.
Por mí que siga, que yo me bajo aquí.

05 mayo 2007

Las resacas no son buenas


Pues no, no lo son. Y si no que se lo digan a mi cabeza, o mejor, a mi estomago. Y es que, una que es muy buena, hace caso a todo lo que le dicen… ¿Por qué no tomas Gin Tonic en vez de güisqui? Seguro que así no tienes resaca mañana… Ja, ja y ja. Y una mierda. Y así estoy. En lugar de dolerme solo la cabeza ahora, además, tengo el estomago que me da la impresión de que no cene de tapitas, pa´mi que me cene un camión… por el mal royo de estomago debía ser uno de esos camiones-cisterna, con la cisterna llena. De gasolina.
Si, ayer me fui de cena. De cena y copas. De cena, copas y bailes. No, no, no volví muy tarde, más bien temprano. Justo cuando amanecía...
Y es que una ya no esta para estos trotes. Menos mal que me puse las botas de andar, así no hay que sumar a mis dolores el de pies. Sería demasiado ya.
Ahora… ¿y lo bien que lo pasé? Ah si, eso cuenta. Me lo pasé estupendo. A la cena vino gente que no esperaba ver. Cosa que me encantó. Ya se sabe que todo el mundo no puede siempre y, aunque eché a faltar a alguien, al final nos quedamos un grupo muy majo.
La cena fue estupenda, con alguien a mi lado divertidísimo, por no hablar de ese alguien de enfrente. Claro que con el de enfrente además hay mucho cariño.
Luego las copas… ay, que decir de las copas… el local, el de siempre, la compañía, la mejor. Las conversaciones… interminables, ya se sabe como soy yo… hablo, hablo, hablo… Vamos, que no me callo ni bajo el agua que se suele decir. Va a ser esa la razón de que escriba… como el papel no contesta…
De los bailes… no se muy bien que decir… (Otia que susto, mira que si ahora no se que decir de verdad…) baile por aquí, baile por allá, conversación por aquí, comentario por allá. Y en medio de todo, alguien que llevaba un cinturón muy chulo va y se lo quita. Ya lo explico como era. Dos anillas, lo suficientemente anchas para metértelas en la muñeca, seguidas de varias tiras de cuero… ¡¡ah pillines!! seguro que estáis pensando en que eso se parece a un flogger… pues si, tenéis razón. Era un flogger encubierto de cinturón.
Al final como siempre, Fermín llevo a todo el mundo hasta la misma puerta de su casa, que el es muy caballero… (Y que está muu bien enseñao)
Ha sido una noche muy divertida.
Pero yo sigo aquí con mi resaca. Y es que por muy buena que sea la noche… Las resacas no son buenas… y a cierta edad menos…

04 mayo 2007

Soledad Primera

Juan Lluna, Ermita de Chelva

Voy a poner una seríe de historías cortas, escritas hace ni se sabe el tiempo, a espera que me visite la musa...(¿Estará de vacaciones?)

SOLEDAD PRIMERA




Cuando miro hacia el frente la veo, alta, imponente, inmutable. Pasa el tiempo, los años…la miro desde esta ventanilla y podría pintarla si supiera. Conozco cada una de sus aristas, conozco cada una de las suaves ondulaciones de su falda, cada una de las rocas que componen su esplendida corona de piedra, que culmina, allá en lo alto, con una suave alfombra tan verde, como la esperanza que he ido perdiendo con el tiempo.
Sigo subiendo mecida por los vaivenes del coche, girando curvas imposibles y largas cuestas que terminan en curvas imposibles que acaban en largas cuestas.
Mi mente esta tan mareada como mi cuerpo.
Subes buscando la calma.
Subes buscando diversión.
Subes esperando cicatrizar la herida que nunca cura.
Te pierdes entre las esquinas de tu mente y solo hayas la oscuridad en la que te sumes.
Todos te miran, te hablan, como si realmente estuvieras ahí, tú les contestas, les miras, les hablas, como si realmente estuvieras aquí.
Te pierdes entre las curvas del camino, miras por la ventanilla como si nunca antes hubieras visto tanta belleza. Te asombras por cada nuevo árbol, por cada mata que antes no estuviera ahí. Y vas descubriendo el paisaje, año a año, siempre cambiante, siempre inmutable. Las mismas casas, las mismas gentes. Vas descubriendo nuevas casas, nuevas gentes, el mismo paisaje en los pueblos y fuera de ellos.
Y mi pueblo, giras una curva y ves el pico, te sonríes, Subes una cuesta, miras al frente, y ahí esta la fábrica, la primera construcción del pueblo, la señal que te guía y te indica el camino a seguir. Y luego la gasolinera, señal inequívoca de que ya estas aquí. Recuerdas cuando de pequeña venias con tu bici a hinchar las ruegas y el miedo por unos escasos metros de carretera, justo los que te separan ahora del pueblo.
Bajas por la calle esperando ver a alguien, anhelando y al mismo tiempo desdeñando que sea conocido, que tengas que parar y contestar a las mismas preguntas que año tras año te hacen las mismas caras, las mismas gentes. Es todo tan esperado que te permite volver a evadirte, a estar sin estar, a desear llegar a casa, subir al cuarto a deshacer la maleta, a distribuir todo lo que te has traído para pasar estos días, en la soledad de tu cuarto, de la alcoba que solo existe en este alejado rincón de tu vida.
Y llego aquí buscando la calma, a mi oasis particular, donde no importa estar sola por que no hay nadie a quien pueda importarle.
Donde encuentras tu libertad, donde eres tú y tu misma en pleno debate sobre las miserias de la vida, sobre las verdades más absolutas, donde te concedes la tregua y vuelves a ver como lo hacías como cuando solo tenías diez años y te perdías entre los arbustos.
Todo pierde su importancia aquí.
Puesto que estas sola, nadie puede hacerte daño.
Centrada en ti misma y en lo que sientes, puedes sobrevivir durante algún tiempo, perdida entre las ramas en busca de la piedra olvidada, donde la tierra roja te subyuga de tal forma que no puedes evitar tocarla, acariciarla con las manos, sentir sus rocas que se deshacen entre tus dedos en finas lascas por donde se filtra el sol que nos calienta.
Rocas en fases tan antiguas como la roja tierra que las acoge en su seno. Tan formadas con sus cuerpos de prismas, te recuerdan a una clase de niños donde el profesor enseña a sus alumnos la colección de rocas de su colegio.
Pero la maestra es esta tierra arcillosa, con sus vetas. Estas montañas modeladas con los gráciles dedos del tiempo, que las desgasta acentuando su belleza.
Y les forma senos y les forma recovecos como si del cuerpo de una mujer se tratase, dibujando las formas a su merced, creando sus propias aristas que lima una y otra vez, volviéndolas a crear.
Implacable tiempo, que no logras arrancar más que migajas de esta tierra dura, tierra de gente dura, modelada con el tiempo como la tierra en la que viven, en la que crían a sus familias, donde el esfuerzo es la mayor virtud. Gentes secas como la tierra en la crían a su ganado y cultivan sus cosechas, hechas para la tierra donde viven. Y son felices. Es tierra agradecida para quienes cuidan de ella, quienes surcan su suelo, y pisan su tibio lecho.
Gente feliz con lo que tiene, te transmiten su espíritu de tranquilidad, y la certeza de que están en lo cierto, que nada tiene mucha importancia al fin y al cabo, que uno no necesita más que lo tiene a mano y con ello puede hacerse todo un mundo.Un mundo donde vivir en paz dentro de esta tremenda soledad en la que vivo.

03 mayo 2007

Hoy no voy a escribir


Bueno, bueno, está bien. Este no es un blog político. Pero como es mío hablo de lo que me parece. Y me parece que hablar de algo que me indigna es muy propio de mí.
Hoy he leído un comentario de alguien que me pide que escriba. Joder, si yo lo intento, pero es la musa, que se ve que tiene mucho trabajo y no se acuerda de mí. Pero aquí estoy, intentándolo por mi misma. Ahora, si sale un churo vais a la musa y se lo decís a ella…
Además estoy con la regla, así que mi ánimo es “macaguentodoloquesemenea”. Ya se que es un tópico. Pero en mi es una realidad. Regla = mala leche. Así que tengo al pobre mio de aquí para allá. Tráeme esto. Haz lo otro. Por que has hecho esto. Por que me has traído lo otro si yo lo que quería era esto… En fin, es lo que tiene ser mujer… ahora, que luego vengan los anuncios de compresas a preguntarme que a que huelen las nubes… ya les voy a decir yo a que huelen… a tormenta. Y de las gordas. Vosotros los hombres, cuando veis un anuncio de compresas ¿a que os entran ganas de ser mujer solo para tenerla? Vamos, que me parece imposible que una mujer haga ese tipo de anuncios. Y menos con la regla.
Hablando de Bdsm (ya se, ya se que no estábamos hablando de eso, pero como no hay musa, hay cambio de tema brusco, ya sabéis quejas y reclamaciones a ella) bueno lo que decía, hablando de Bdsm y regla, los Amos… ¿Qué hacen cuando sus sumisas la tienen? ¿Durante “esos días” obvian las sesiones? ¿Dejan de lado el Amo/sumisa? Por que como sea como yo y estén de mala leche, cuando se les pase, los castigos deben ser de aupa. Vamos, que estoy yo con un dolor que me quiero morir para que venga el Amo de turno a decirme “ale perrita, ponte a cuatro patas y tráeme el periódico”…
Lo que siempre digo… menos mal que mi lado es el contrarío, por que si no lo fuera, en “estos días” el Amo lo iba a flipar. Bueno, en estos y en todos…
Es curioso lo de los roles. Muy curioso. Creo que lo hablaba en otro artículo. Yo deje de plantearme por que mi lado es el Dominante y no el sumiso. No encontré ninguna razón. Si una. Por que no me gusta sentirme sometida, sale mi lado guerrero. Pero… (jejejje, siempre lo hay, el famoso “pero…”) ¿Por qué me siento bien dominando? Pues lo mismo… sin razones aparentes. O si. Una. Me divierte. ¿Será suficiente? Para mí si. Así que deje de planteármelo. No creo que haya nadie que se plantee el por que le gustan las lentejas y las alubias no. Debe de ser por lo mismo.
En fin, a lo que iba al principio. Que no estoy inspirada. Que voy a esperar a la musa para escribir algo decente. Que si no, no me sale.