Animales

Me gustan los gatos, desde siempre. Desprenden misterio, sensualidad. Me fascinan. Son independientes. Egoístas. Bellos.
Si, ya se, yo tengo perros, más bien perras, dos además, tres, si cuento a mio...
Es una historia larga.
En realidad, me gustan todos los animales, pero prefiero los mamíferos. Los peces están bien, pero son demasiados sosos, no hay interrelación con ellos. Los pájaros no están mal. De pequeña tuve un periquito que hablaba. Bueno, lo de hablar es mucho decir, solo decía tres palabras, pero así juntas quedaban muy bien... era algo así como "pepito guapo, marta guapa", ese si me gustaba, la razón es obvia...
Bueno, a lo que iba, es casa no querían tener perros, así que, en mi infancia, en casa, solo habían gatos. Gatos caseros que no salían. Gatos golfos que se iban por los tejados. Gatos callejeros que venían a casa de visita. Gatos que venían y ya no se iban. Muchos gatos.
Hasta que apareció un cahorro. El compañero de mi adolescencia. El amigo fiel.
Me independice y él vino conmigo.
Encontré una perra. Mi perro murío. Ella todavía está conmigo.
Luego encontré otra. También esta conmigo.
Con el tiempo llego otro perro a mi vida. Aun sigue aquí. Espero que sigua por siempre jamás, al fin y al cabo, es de los que andas con piernas en vez de con patas...

Hombres, Mujeres

Otra vez he estado leyendo uno de esos foros raros… la pregunta era la siguiente “quien debe dar el primer paso” personalmente creo que sería más acertado quitar el “debe”.
Por que todo el mundo sabe que normalmente el primer acercamiento lo hace el hombre. Previa leve insinuación de la mujer, por supuesto. Pondré un ejemplo, eres mujer y estas en un pub, discoteca o local con gente, con amigas. De pronto una dice… “mira ese grupito de ahí” por supuesto todas nos giramos sin ninguna discreción. Tras una mirada al conjunto, tú, te fijas en el más atractivo para ti. Y vuelves a los comentarios típicos de mujeres. Pero ellos se han dado cuenta de las miradas (como para no hacerlo…). Al rato, y casi con total seguridad, uno de ellos se acercará a iniciar un contacto.
¿Quién ha dado el primer paso? El ego masculino dirá que, sin duda, él, que ha dado unos pasos hacía las chicas. El ego femenino dirá que, sin duda, ellas, que han iniciado el contacto, aunque sea visual.
Y ahora vamos con las relaciones Bdsm, semejantes pero diferentes.
¿Es el Dominante el que da el primer paso, o la persona sumisa?
Me vais a perdonar, pero sinceramente pienso que este tipo de relaciones no distan mucho de las convencionales en ciertas cosas. La pregunta seguiría siendo la misma… ¿el hombre o la mujer?
Entraríamos a discutir le famoso “¿Qué fue primero el huevo o la gallina?” “¿Quién domina el Amo o la sumisa?”… Lo que yo decía ¿el hombre o la mujer?
Ya se que, ahora mismo, todos los hombres Dominantes que estén leyéndome, van a empezar a odiarme… lo asumo. Pondría un icono de esos de una cara riéndose… hace tiempo que mio viene diciéndome que estoy moderándome demasiado con el blog. Creo que tiene razón. El hecho de saber que me lee más gente de la pensaba me hace moderarme, al fin y al cabo no es mi intención ofender a nadie y desde luego esto era más fácil cuando pensaba que no lo leía nadie...
Creo que he vuelto a irme del hilo… Qué raro ¿verdad?
A lo que iba, en realidad no quería escribir sobre quien empieza primero, si no de la diferencia entre la dominación femenina y la masculina, o de cómo es la mujer, sutilmente, la que lleva ciertas riendas (aunque sea sumisa).
El sábado quedamos para cenar y copas con otra pareja, el Dominante, ella sumisa.
Ya se que suelo generalizar, se que siempre hay excepciones, pero ya he escrito antes sobre mi y lo que me gusta generalizar.
La conversación que tuve con él, además de los relatos y experiencias personales que llevo leyendo desde que empecé a interesarme en esto de la D/s, me lleva, indiscutiblemente, a pensar en esta diferencia entre hombres y mujeres Dominantes.
Normalmente, los hombres dominantes se refieren a sus sumisas como “su puta” “su zorra” “su perra”. Nunca he oído ni leído a una mujer Dominante llamar a su sumiso “gigoló” como mucho “juguete” pero la palabra más empleada es la de “mi perro”. Obviando, claro está, en la feminización, pero ese es otro tema.
Y todo el mundo sabe que es una puta, y una zorra. Si, ya se que el componente humillación también influye en las palabras empleadas. Pero me explico, los hombres tienden a incluir sexo, y mucho, en las sesiones. Normalmente, aparte de la dominación física, se centran, mucho más que las Dóminas, en la dominación sexual. Y es sobre esta diferencia que me apetece escribir.
Está claro que, las mujeres (algunas), tienen un montón de tabús sobre el sexo. Por lo tanto es una forma de humillación fácil.
Desde siempre a la mujer promiscua se la ha estigmatizado. Mientras los hombres eran unos machotes cuando tenían muchas relaciones sexuales con diferentes mujeres, las mujeres eran unas putas. Está claro que hoy en día la cosa ya no es así… ¿o si? Siguen quedando muchos tabús en nuestra cabeza. Los hombres también los tienen, pero en otras cuestiones.
Así que supongo, que, para un dominante, uno de los pasos en la ¿educación? (odio eso de la educación, doma o adiestramiento, me da repelús, pero eso es otra historia) de su sumisa, es la sumisión sexual. Hacer de ella una puta, o más bien “su” puta. Atenta y complaciente, dispuesta en todo momento para él.
Y claro, yo me pregunto… ¿Por qué este interés? Y claro, yo me respondo, pero con otra pregunta ¿de que tienen miedo?
Y argumento mi pregunta.
Todo el mundo sabe que un hombre cachondo es lo más sumiso que hay. No así una mujer. Un hombre que lleva unos días sin tocarse ni eyacular hará cualquier cosa por conseguirlo. En ese momento puedes pedirle cualquier cosa a cambio de dejarlo que te folle. Eso es poder ¿verdad?...
Muchas mujeres, fuera del ámbito del Bdsm, cuando se enfadan con sus hombres, los castigan sin sexo, hasta conseguir de él lo que ellas desean (muchas veces es algo instintivo, no consciente). Las Dominas suelen practicar la abstinencia de los sumisos como medio para una sumisión más efectiva. En el refranero popular hay frases “tira mes un pel de figa que una maroma de barco” “prometer, prometer hasta el meter y una vez metido nada de lo prometido”, es algo que está ahí. Real, como la vida misma.
Así que, es lógico que, para los hombres Dominantes, la sumisión sexual sea tan importante. Cada vez que él tiene ganas, ella le satisface. Él queda satisfecho, ella encantada de satisfacer a su Dueño, y todos contentos.
Así él se evita andar pidiéndole sexo cada vez que le apetece, y se evita también el que ella le ponga cualquier excusa tipo “me duele la cabeza” “estoy cansada” “tengo sueño”, por supuesto que, para llegar a ese punto los recursos son variados. Bolas chinas todo el día, ir sin ropa interior (lo que supone que los demás hombres de fijen en sus pezones y la miren de forma lasciva, lo que nos excita, y mucho), denegación del orgasmo pero orden de masturbarse…
Lo que me lleva a la explicación de por que digo que las mujeres, aunque sean sumisas, llevan ciertas riendas.
Ella es sumisa, pero, está cachonda, desea tener sexo. Él es Dominante, pero también desea tener sexo. Por supuesto no hablo de sexo tradicional, estamos hablando de D/s, por lo tanto el sexo está integrado dentro de la sesión. Pero, (ahh! el famoso pero) ¿ella no estará llevando, en cierta forma, la sesión? Noo, dirán los Dominantes. Ella solo hace lo que él le dice. ¿Seguro?
Recordemos que ella está cachonda, lleva todo el día estándolo, seguramente varios días. Desde el momento que se encuentra con su Amo, lo provoca, le sugiere, le habla de lo caliente que está, se mueve de cierta forma, hace gestos con las manos, con los labios… (Por supuesto esto no tiene por que ser consciente, o si…)
Ella hace lo que él le dice, pero yo creo que, él, dice lo que ella quiere que diga…

Princesas

“Las niñas ya no quieren ser princesas, y a los niños les da por perseguir” que cantaba Sabina… y no me extraña, total, para que se mueran…
Vengo del cine, de ver una película de niños, “Un puente hacía Terabithia” joder y va la protagonista y se muere… no lo entiendo, yo voy a ver una película de niños y acabo llorando… No, si la película en si esta muy bien, es “un canto al poder de la imaginación” que diría algún pedante… pero no se… a mí me ha dado un poco de mal royo… como cuando vi “el laberinto del fauno” voy al cine esperando ver una película de fantasía y me encuentro un dramon… por lo menos la del laberinto es para adultos, pero con la de hoy no me lo explico… ¿no es para niños? ¿Qué coño hace la muerte entrando en un mundo creado por la imaginación de unos niños? Y luego nos extrañamos de que un joven entre en una universidad y se líe a tiros… vale, vale, lo mismo exagero, pero no puedo dejar de preguntarme donde han quedado esas películas rosas con lazos de antes… aunque si lo piensas la madre de Bambi también se muere… y ahora que me acuerdo la bruja de Hansel y Gretel se quema en un horno… al lobo de Caperucita le abren la barriga en vida para que salga la abuela… a los dragones se los cargan en todos los cuentos en donde aparecen (menos el de Srek que se lía con un burro… ¡Dios que perversión!)…
Al capitán Garfio se le come la mano un cocodrilo… Al final va a ser que los cuentos no son tan inocentes, creo que voy a cambiar los lazos y el rosa por la calavera y el negro…
Luego se habla de la crueldad de los niños… no me extraña que sean crueles, solo tienen que fijarse en los cuentos que les cuentan papá y mamá…

Mi juego

Con manos trémulas voy a escribir en tu cuerpo mi nombre,
cera calida que resbala y se funde en tu piel,
suave laxitud que te postra en mi lecho.

Cadencia en tus gemidos, calor que sube y baja,
de mí a ti, de ti a mí.

Cuando en las calidas noches,
tu ser se arrodilla a mi paso,
cuando el sonido de mis tacones
llena habitaciones llenas,
cuando por tus venas corre la adrenalina
y por las mías el deseo,
cuando nuestro tiempo nos junta y separa,
me eleva y te abate,
el sonido de los golpes basta para empezar nuestra orgía,
de sonidos, de sabores, de sensaciones...
Cuando mi collar viste tu cuello,
empieza mi juego...
¿jugamos?

Casualidades

Hay alguien en mi vida que me gustaría no volver a ver nunca.
Ese alguien se mudó a vivir al girar la esquina de mi casa, ya es casualidad (o no). Al tiempo me enteré de que su señora madre vivía una esquina más acá… vamos sumando casualidades y ya van dos…
Llevo un año viviendo donde vivo, cuando me enteré de la casualidad decidimos mudarnos. Llámame cobarde, pero hay trozos del pasado que prefiero perderlos en mi memoria de pez y un encuentro fortuito, cara a cara, con según quien, es algo que me saca de quicio. Que me amarga el día de hoy, el de mañana y seguramente el de pasado también. Hay partes de mi vida que quisiera perder, olvidar. Errores que me costaron tan caros, que siguen siendo tan caros, que por mucho que intente encontrar el lado bueno no lo consigo… ¿serán errores de solo un lado?... el malo, claro.
Y por supuesto, algún día tenia que ser. Ayer mismo, por ejemplo. Si no me he descontado, ya llevamos tres casualidades. No me crucé con dicha persona, si no con tota la parentela, como de dice aquí. ¿Esto cuenta como una o como varias casualidades…?
Claro que si lo miras por otro lado, puede que solo sea mala suerte. Yo lo llamaría más bien, “Me cago en la puta casualidad, ¿no podía haber comprado mañana y hoy ir por el camino de siempre?…
En fin, me crucé con todos ellos estoicamente, con la cabeza bien alta y la frialdad pintada en mi cara. Sin saludar, mirando al frente y maldiciendo a las casualidades por dentro.
Cosas que pasan. Ese tipo de cosas que cuando pasan te amargan el día. El de hoy, el de mañana y, posiblemente, el de pasado también.

Encontrando a mi Lilith (II)

Había cumplido los 30. Había superado la depresión que acompañó a esa cifra. Depresión que me ayudo a liberarme de los diversos lastres que me habían acompañado desde hacía demasiado tiempo.
Me sentía libre. Libre y ligera.
Ocupaba mi tiempo con el trabajo, las amigas y los ocasionales ligues. Pequeños hombres que nunca superaron la barrera de las dos citas. O quizá si. Pero ninguno logró llegar más allá de mi cama. Ni siquiera un ligero roce en el corazón.
Encontré la felicidad en las pequeñas cosas. Cuando logras que las cosas sean pequeñas, consigues que los problemas también lo sean. Cualquiera supera con facilidad un pequeño problema.
Dejé las grandes cuestiones a un lado y anduve durante un tiempo por un camino que, si bien no era de flores, tampoco era de piedras.
La entrada a mi madurez no fue triunfal. Acarreó grandes cambios, pero aparentemente fue placida. Tranquila. Sin sobresaltos.
La tranquilidad se leía en mi cara, en mis gestos, en la forma de caminar y en la forma de amar.
Conseguía las citas a través de Internet. En una página de contactos sexuales. Me inscribí con un perfil con nada destacable, que ocultaba más que enseñaba mis datos.
Recibía correos, guiños e invitaciones varias. Contestaba algunos e ignoraba a otros. De los pocos que contestaba, a algunos los agregaba al Messenger. Su estancia en mi Messenger dependía mucho de varios factores. Por supuesto lo primero era el físico. No es que yo tenga un gusto exquisito, pero si voy a quedar para follar, lo mínimo que exijo es un físico que me excite. No me acuesto con mentes, prefiero los cuerpos para el sexo.
Pero, no solo de sexo vive el hombre y antes de pasar a la acción, me gusta disfrutar de otros placeres, cena, copa y puro, acompañado de una conversación, como poco, entretenida. Así que otra de las características debía ser una conversación fluida, con notas de humor, con momentos picantes. De esas que despiertan todos tus sentidos y te hacen desear un cara a cara, un cuerpo a cuerpo.
Imprescindible era también que tuvieran claro, muy claro que, el que tuviéramos sexo, solo implicaba eso, sexo. Sin más, sin amistad, sin obligaciones, sin compromisos. Sin necesidad de una segunda cita.
Empleaba tiempo en decidir, lo que me costaba encontrar a la persona apropiada.
Entonces quedaba con él. Cerveza, cena y conversación. Si no conseguía que hubiera sexo, desaparecía de mi Messenger, de mi vida. Si lo invitaba a casa, había sexo. Una bonita despedida y un, ya hablamos, justo antes de que yo me fuera a dormir. Sola. No quería compartir mi espacio con nadie.
Hubo quien traspasó la barrera de los dos días. Pero nadie logró pasar a mi vida. Eran pequeños placeres que me otorgaba como premios a mis pequeños problemas.
Cuando el tiempo de uno de esos pequeños hombres acababa, comenzaba una nueva búsqueda.
Entraba a la página, leía mensajes, miraba perfiles, contactaba con alguien. Y vuelta a empezar, abría la página, leía mensajes, miraba perfiles, contactaba con alguien. Y vuelta a empezar, abría la página, salía el pop-up, esto era nuevo… una ventana que se abría, una ventana hacia placeres ocultos, una ventana por donde entraba el elemento oscuro. Y la ignoraba, una vez y otra la cerraba sin mirar.
Puede que tuviera miedo de descubrir. Miedo de lo nuevo, de ver en imágenes fantasías olvidadas. Sueños ocultos en una mente adolescente. Inconfesables. Miedo de quebrar la tranquila existencia que me había creado.
Pero los tranquilos polvos me estaban cansando. Empecé a aburrirme de tanta tranquilidad. Es un problema querer siempre más. Y abrí la ventana. Amplié el pop-up y descubrí que mi mundo imaginado podía ser real. Encontré una página llena de personas viviendo oscuras fantasías, esperando encontrar una mano que condujera al lado oscuro.
El día en que esa ventana se abrió en mi ordenador, yo subí, por fin, el escalón en el que me había quedado estancada.

Quiero

Hoy no tengo ganas de escribir, así que dejaré un poema de Jorge Bucay. No me gusta poner cosas que no son mías, pero hoy haré una excepción. Me parece algo a tener en cuenta, todas y cada una de las frases son en si mismas algo en lo que pensar... "Quiero que me cuides sin anularme" y cuantas relaciones equivocadas nos ahorraríamos...

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Quiero que me oigas sin juzgarme.

Quiero que opines sin aconsejarme.

Quiero que confíes en mí sin exigirme.

Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí.

Quiero que me cuides sin anularme.

Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí.

Quiero que me abraces sin asfixiarme.

Quiero que me animes sin empujarme.

Quiero que me sostengas sin hacer cargo de mí.

Quiero que me protejas sin mentiras.

Quiero que te acerques sin invadirme.

Quiero que conozcas las cosas mías

Que más te disgusten.

Que las aceptes y no pretendas cambiarlas.

Quiero que sepas…

Que hoy puedes contar conmigo…

Volver

Se acabaron. Las vacaciones, los días de descanso… vuelvo al gris de la ciudad. Aunque con tanta lluvia, parece que los pocos árboles que hay, han recuperado algo de su verdor. A los que se asoman por mi ventana les están empezando a salir hojitas. El día menos pensado llama la primavera a mi puerta. Ha sido un cambio agradable. Vengo de los días de lluvia. De los días de cógete la chaqueta que refresca.
De lugar lleno te charcos, de ríos rojos, de torrenteras rojas creadas por la lluvia.
La ciudad me ha saludado esta mañana con una sonrisa de sol.
Me hizo una reverencia el cielo azul.
El pájaro de la rama que me mira, cantó solo para mí.
Marujeé como siempre en el colegio.
Luego paseé por Internet sin encontrar nada nuevo. O quizá si.
He hablado con alguien que ha dado que pensar…
Por los foros lo de siempre. En los blogs el mundo girando. En el mio comentarios nuevos. Eso siempre gusta… alimenta el ego.
Un día tranquilo.

Vacaciones!!!

Si, si, si!!!!!

Me voy de la ciudad gris... hacia las montañas... como una Heidi cualquiera...

Me voy al pueblo, con mamá, como Marco. Pero sin mono. A pasar estos días en familia. A descansar de la ciudad, a respirar aire puro, andar para arriba y para abajo, correr, pasear, gritar al eco que me siento libre.

Al pueblo de los veranos de mi infancia, al pueblo de las borracheras de mi adolescencia, al pueblo de la tranquilidad. Al que está siendo el pueblo de la infancia de mi hijo...

Estaré unos días...hasta el lunes que viene, lunes de San Vicente. Hace ocho años, en un lunes como ese, alguien vio por primera vez la luz... que recuerdos... Y es que, tenia que haberle hecho caso a mi tio y haberle llamado Vicente, en fin, que se le va a hacer... las cosas como son, son bien, por lo menos algunas.

Bueno, en unos días volveré a estar por aquí.

Animaladas

Lara y Jara

Hoy el día empezó triste. Las nubes cubren el cielo de Valencia.
Esta noche he soñado que galopaba en un caballo blanco… mirando por Internet he comprobado que esto significa cosas buenas… pero en mi sueño el caballo se perdía, al final lo encontré, pero he tenido que pagar un pastón para recuperarlo… no se si este final hace que mi sueño sea bueno o malo… Ya se que creer en estas cosas es un poco infantil, pero que queréis… como no creo en dios… tendré que inventarme algo en que creer. Es curioso como las personas necesitamos creer en algo, dios, el destino, las líneas de la mano, los horóscopos, los sueños… cuando en realidad lo único importante es creer en uno mismo… claro que, eso es muy difícil, además que se necesita una gran dosis de aceptación, yo como soy una egoísta, egocéntrica y narcisista no lo tengo muy difícil… podría ser peor.
En mi paseo diario por Internet me he encontrado con un artículo sobre el maltrato animal. Sale en el diario digital 20 minutos, pondría el enlace aquí, pero no tengo ni idea de cómo se hace (tendré que poner a mio a investigar). El titular es algo así como “un cachorro defiende a su madre ahorcada” Lo que me pone triste es la forma de darle importancia a lo que no lo tiene. Para mí, la noticia sería “un hijo de puta ahorca a una perra, dejando a su cachorro desvalido”, pero no, parece ser que el maltrato no es lo importante. El que un cachorro no abandone a su madre si… ¿no?
Yo es que debo de ser muy ñoña, por que no lo entiendo. Nunca entenderé como un ser humano es capaz de causar dolor gratuito a un animal. Se sale de mi comprensión. Claro que, a algo que hace daño por que si, no debería considerársele ser humano. Por que no.

Dejo aquí la dirección de algunas organizaciones a favor de los derechos de los animales:
http://www.anaaweb.org/ ,http://www.svpap.com/default.asp, http://www.catycan.com/protectoras.html

Encadenados

Sueños de una noche de luna llena,

silencios de blancas estrellas

y elevarse en los infinitos

de las flores secas.

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Sigue en mi mente,

sigue tu esencia en mi ser,

fundador de espinas

clavadas en mi corazón de ave.

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Brillan las estrellas en el cielo de tu noche,

suena modosa una lenta letanía,

las gotas resbalan por tu cuerpo

dejando senderos de gozo,

caminos de placer,

calles que seguir

para perderse.

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Juntos crearemos nuestro mundo,

Con mi guía,

con tu seguirme,

dos seres en una sola voluntad,

moviendo su propio universo,

al compas de mareas de luna.

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Meceme bajo el influjo de la luna, amor,

brillante como el más brillante sol.

Dame tu lado más debil,

desnudo ante mí.

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M. Leo

La mujer inventada

Otro día más. Lunes. No me gustan los lunes. Claro que si no existieran los que no me gustarían serian los martes…
Voy a continuar con algo que empecé hace mucho tiempo… seguro que hay alguien ahí detrás a la que se pondrá una sonrisa en la cara al saber que es la continuación de “la mujer inventada”.
Va por ti, guapa.
Ya iba siendo hora de hacerle un poco de caso a mi niña, que al fin y al cabo es mi primera y mejor lectora.
Esta historia comenzó llamándose “pequeñas historias”, pero con el tiempo, capitulo tras capitulo, decidí cambiarle el nombre, habían varias opciones, pero al final, “la mujer inventada” fue el que mejor le iba. Empecé la segunda parte “encontrando a mi Lilith” pero solo tiene dos capítulos, así que continuaré desde ahí.
Hay capítulos que están copiados aquí, pero sin orden ni concierto.
Pido paciencia y tiempo. No es fácil ponerse a escribir desde la nada.
Así que mientras espero a mi musa, os dejo el enlace.
Su nombre “La mujer inventada”.